martes, 27 de octubre de 2015

APRENDIENDO JUNTOS A GANAR CONTROL EMOCIONAL



Los doctores Berry Brazelton y Joshua Sparrow, en su libro "El método Brazelton. La disciplina" (2003), sostienen que muchas veces los niños pequeños se asustan debido a la intensidad de sus propios sentimientos. Esto hace que sus comportamientos se desborden y los padres se enfurezcan también.

Para manejar las crisis de ira en nuestros niños y niñas, el principio clave es aprender a controlar nuestra propia emoción. Como en todo aprendizaje, se requiere de motivación, práctica y constancia. Brazelton y Sparrow recomiendan:

1. Ayudar al niño o niña a sentirse seguro(a) al experimentar sus emociones, hasta que pueda hacerlo por sí mismo(a). 

2. Distinguir diversas emociones.

3. Reconcocer las relaciones entre emociones y situaciones particulares.

4. Identificar y nombrar sentimientos.

5. Identificar y prever aquello que desencadena las emociones.

6. Encontrar maneras de tranquilizarse o expresar emociones.

7. Pedir ayuda cuando la necesita para manejar sentimientos.

8. Aceptar y valorar  los sentimientos, pues son parte de su ser.

Podemos poner en práctica todas estas sugerencias a través de actividades sencillas y cotidianas. Por ejemplo, podemos leer cuentos y hacer teatro, sea con títeres o actuando nosotros mismos con nuestros(as) niños(as) y luego comentar acerca de lo que sucedió en la historia: ¿cómo se sentían los personajes?, ¿por qué se sentían así?, ¿cómo expresaron sus sentimientos?, ¿qué ocurrió después?, ¿cómo se resolvió la situación?, etc.

Es fácil. ¡Podemos lograrlo!


sábado, 10 de octubre de 2015

¡ALERTA!: ¡BERRINCHE!

Lo vemos venir: los ojos se han puesto vidriosos en fracciones de segundo, el rostro se tornó rojo y comenzó a contraerse mientras la boca se abre preparándose para soltar un alarido escabroso. La mezcla de grito y llanto no se hace esperar. Se acompaña de golpes, pataletas y, con frecuencia, el tradicional revuelco en el suelo. 

Nos angustiamos y creemos que no podemos resolverlo. ¿Cómo puede un niño tan pequeño originar una crisis tan desproporcionada? 


Amig@s, es normal. Ocurre todos los días y a tod@s l@s niñ@s les pasa. Los berrinches forman parte del repertorio natural de la conducta infantil.


¿Cómo podemos enfrentar exitosamente un berrinche? Aquí les dejo algunas recomendaciones:



1. Observar muy bien al niño para identificar la posible causa del berrinche: frustración por algo que perdió o se le quitó, ira, hambre, sueño, manipulación, entre otras.


2. Llevarlo a un lugar seguro para que pueda desahogarse. Si no lo hay, cargarlo y sacarlo del lugar donde se inició el berrinche (técnica del "tiempo fuera"). Explicarle que estará en ese lugar durante un tiempo, hasta que se calme.


3. Hablarle mientras se desahoga, explicándole que usted entiende su molestia, pero que sólo le prestará atención cuando se calme. Esto ayudará al niño a distinguir sus sensaciones y emociones durante y después del berrinche, de manera que aprenda a utilizar palabras para expresarse cuando vuelva a experimentar la frustración.


4. Abrazarlo o felicitarlo cuando se calma. Al mismo tiempo, aprovechar para describirle la sensación de bienestar que tiene en este momento. Por ejemplo: "estabas muy bravo y te sentías mal, ahora estás tranquilo, te sientes mejor, ¿verdad?. Ya pasó".





No sea blando. Tenga en cuenta lo siguiente:


Nunca debe darle al niño lo que pide. Éste entenderá que su petición es inaceptable.


Ignore sus expresiones. Déjelo gritar y llorar en su lugar seguro. Llegará el momento en que se tranquilice.


Tenga siempre paciencia y constancia. Evite flaquear o alterarse con violencia. No se salga de sus casillas. Es mejor que usted salga de la situación (tiempo fuera) en vez de engancharse con el berrinche del niño.


Póngase de acuerdo con los demás adultos cuidadores, en cuanto |a la forma de manejar los berrinches. Si usted decide una cosa y otro adulto se la anula, el niño sabrá a quién más montarle el "show" y no servirán sus buenos intentos.


Demuéstrele cariño más a menudo, no sólo porque se calma. Los niños necesitan el alimento de las caricias para sentirse seguros y ganar auto-estima.


Con estas recomendaciones, espero que puedan resolver más de un berrinche. Verán que ustedes ganarán más confianza en sus propias capacidades y estarán más dispuestos a expresar amor a sus hijos.


¡Hasta la próxima!