sábado, 14 de agosto de 2010

¿Pierde la paciencia con sus niños pequeños?


A menudo los padres y madres expresan que pierden la paciencia con facilidad ante los berrinches o las travesuras de sus hijos. Consideran que con algunas de estas acciones los niños los están retando para que finalmente les permitan el objeto o la actividad que desean. Otras veces, dicen sentirse arrepentidos por haber reprendido a sus hijos de forma exagerada y la culpa les hace echarse para atrás en cuanto al cumplimiento de las normas establecidas.
¿Qué debemos hacer los padres y madres, así como otros adultos a cargo del cuidado y la educación de los niños, cuando sentimos que estamos a punto de perder la paciencia? Si usted se hace esta pregunta, las siguientes recomendaciones pueden serle útiles:

- Tome en cuenta la edad del niño o niña. Si son muy pequeños, menores de cinco años, simplemente retírelos de la situación peligrosa y colóquelos a una situación segura. Cuando se trate de agarrar un objeto no permitido, retíreles el objeto y sustitúyalo por otro permitido (p.ej., un peluche, un juguete inocuo, una almohada). Las explicaciones sobre la prohibición deben ser muy sencillas.

- Respire profundo y cuente diez (10) segundos. Esto le ayudará a calmarse y a obtener una mejor actitud para manejar la situación.

- A los niños hay que dedicarles tiempo. Generalmente los adultos estamos demasiado ocupados y nos volvemos un lío para atender a los niños y realizar nuestras obligaciones. En este caso, conviene establecer rutinas de actividades para los niños y aprovechar sus momentos de descanso para encargarnos de lo propio. Si es posible, solicite ayuda de otra(s) persona(s). Los ratos de juego en el corral o el momento en que los niños ven televisión, nos sirven para realizar algunos oficios de la casa mientras ellos están entretenidos.

- No dé por sentado que los niños pequeños entienden todo lo que se les dice ni que actúan conscientes de las posibles consecuencias. Si tienen un pequeño accidente, atiéndalos de inmediato, evitando reprenderlos porque “se portaron mal”. Ellos no podían anticipar las consecuencias de sus acciones. En cambio, explíqueles el por qué del accidente para que no lo repitan después.

- Acostúmbrese a abrazarlos y apoyarlos cada vez que se comportan de la manera adecuada. Así será más fácil que, tanto ellos como usted, estén tranquilos la mayor parte del tiempo.